Cuarto robo  avaluado entre $1.500.000 y $2.000.000
CARLOS NIÑO MORALES, LA VICTIMA: ¿ANTE ESO QUE PUEDO HACER? ¿TENDRÍA QUE PONER REJAS? O SEA, ¡TENGO QUE BLINDAR MÍ CASA! 

Carlos Niño Morales.

28/07/2014
Entre $1.500.000 y $2.000.000, entre dinero efectivo y especies, fue avaluado el robo perpetrado en horas de la tarde del pasado viernes en la propiedad de Carlos Niño Morales, ubicada en el sector el LLuco, kilometro 16 de la ruta Panguipulli - Lanco.

Con absoluta certeza Carlos Niño aseguró que éste es  el cuarto robo de que es víctima en el último tiempo. En esta oportunidad los delincuentes ingresaron a la propiedad en vehículo, por el acceso principal, y tras forzar y reventar la chapa de la puerta posterior de la propiedad ingresaron a las dependencias, donde registraron las habitaciones logrando sustraer: $200.000 en dinero efectivo, 2 teléfonos celulares, un televisor LED de 32”, una maquina de afeitar, y desde la oficina ubicada a un costado de la casa habitación sustrajeron una montura y  un par de espuelas.

 “Una vez más he sido víctima de un robo, eso es correcto. ¡Ya no sé qué hacer!,  ¿Acaso no puedo salir una vez  de mí casa que me entran a robar? ¡Y a plena luz del día!, ¡Esto es inconcebible!”, señalo el ofuscado y enrabiado propietario.  

“Esta vez me robaron un televisor de pantalla plana de 32 pulgadas, $200.000 en dinero efectivo, una máquina de afeitar eléctrica, un par de espuelas, una montura corralera de fino carpincho que ha sido la de toda mi vida avaluada en más de un millón de pesos”, afirmó la víctima.

Carlos Niño agrega que “anteriormente ya nos habían robado un computador, maquinas fotográficas, ¡me robaron 3 escopetas!, entonces ¡noooo!, esto no puede ser”.

En cuanto al avalúo de este último robo, señala que “fácil entre $1.500.000 a $2.000.0000”.

Confirma que para ingresar a la casa “forzaron las puertas, les meten una barretas entre medio, rompen y las abren. ¿Ante eso que puedo hacer? ¿Tendría que poner rejas? O sea, ¡tengo que blindar mí casa! Estamos viviendo en el campo, donde se supone que se vive más tranquilo o aparentemente ¡se vivía más tranquilo! Pero al parecer, en el pueblo, en el campo ¡ni en ninguna parte se vive tranquilo! Le digo que sentimos una gran impotencia, me dan ganas de irme, no sé donde”, concluyó la víctima de un nuevo robo.   

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